- ¡Hola calandria!
- ¡Hola zorzal! ¿Cómo anda el bichaje en el pastizal?
- Escarbando la yerbita entre las hojas
- ¡Hola oreja! ¿como anda caracol?
-Mirando caer las hojas, haciendo torta frita…
-Calandria ¿ahora se dedica a vender ropa?
- ¡No mi amigo! estos son ponchos… ¡al que le quede bien que se lo ponga!
-¿Qué le pasa mi amigo que anda con esa cara de ateo?
- Y… qué quiere calandria!? Pa’ estas pascuas y unos días antes me le anduve acercando al poste ése que habla con Dios por allá, por los desiertos, al norte de Chile…
-Entonces zorzal? No me diga que se le apareció el mandinga!
-Algo así calandria… estaba en meditación mística viendo cómo un vecino soldaba un tobogán y tuve algo así como una visión apocalíptica: estaba el bautista a orillas del jordán canonizando a un humilde criador de ovejas.
-Aleluya zorzal!
-y el pastor arreaba ganado a los pies del bautista como si fueran lo pieces del mismísimo Mesías. Y en acto de humildad le besó los pies y le lavó los calcetines. Y le repetía como un rosario “ Juan… de cierto, de cierto te digo que el pueblo desea que te les presentes una vez más, para que puedan adorarte”
-Oh zorzal! Pero… por qué es que tienes quemadas las plumas de tus pestañas?
-Oh calandria! Es que luego de la mística experiencia jui penitente a leer LA PALABRA DE DIOS. El cuarto mandamiento del segundo libro de Moisés.
-Entonces mi amigo insisto! ¿Por qué esa cara de ateo?
-Si los santos y apóstoles no cumplen los mandatos que pregonan en nombre de Dios… pa diferenciarme de ellos espero que se note bien que soy ateo.
Perplejo el pajarito después de haber tenido que oír ciertas barbaridades y faltas a la verdad. Renegó de toda fe y se apartó para siempre de la senda de ese Señor
No hay comentarios:
Publicar un comentario